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14 octubre 2007

Capítulo V:
EL APOSENTO DE HARKER


Me percaté de algo extraño. En todo el castillo no había un espejo.
Por eso me corté aquella noche al afeitarme.

¿O fue quizás por la inquietud que me producía la habitación que el Conde me había reservado?

¿O acaso por el recuerdo de las palabras de Drácula por las que me exigía que me quedara un mes en su castillo? Que no admitía una negativa al respecto.
¿Por qué fue?
No me había dado cuenta de que el Conde había entrado en mi dormitorio...

Lo noté súbitamente exasperado. Tenga cuidado. Procure no cortarse. En estas tierras es más peligroso de lo que cree... Estamos en Transilvania, y Transilvania no es Inglaterra... y señalando el crucifijo que llevaba al cuello con la navaja que me arrebató dijo: Y no confíe en esas execrables supercherías...
Y un aviso: mientras permanezca aquí, procure no aventurarse en otras habitaciones... El castillo es antiguo y hay estancias que necesitan reformas...
Luego me solicitó las cartas que me pidió que escribiera con distintas fechas... Dos a Mina avisándole de mi regreso a Londres una desde el castillo y la otra desde Bukovina. La otra al Sr. Hawkins, mi futuro socio.
Cuando se fue, tuve la sensación de que me habían confinado para un largo tiempo entre aquellas paredes...


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EMPEZANDO A VER DRÁCULA CON HUMOR:

DDTMADEL REALIZÓ ESTOS DOS VÍDEOS TENIENDO COMO BASE LAS IMÁGENES DE MI DIORAMA Y EL TEXTO QUE TAMBIÉN ESCRIBÍ.

Drácula es un diorama madelman ideado y trabajado por Omaha Beach Boy con elementos de reciclaje, cartón, papel, cartulina, plástico. La figura del Conde Drácula, de Harker, y las concubinas, son customizaciones del propio Omaha. Sólo una de las concubinas fue una colaboración de Carlos Gil Sánchez.
Todas las fotos del diorama, así como los textos relativos a cada imagen, son propiedad de Omaha Beach Boy y no pueden ser utilizados sin previa autorización de Omaha Beach Boy en ningún tipo de proyecto audiovisual Estupendo señor Harker, gracias por haberme venido a ver a mi castillo una vez más. Pásese por estas tierras de los Cárpatos cuantas veces quiera... y no traiga consigo crucifijos la próxima vez...

 

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